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[CD] "Turandot" en el Teatro Colón 1965: Un testimonio para nostálgicos
La última ópera de Giacomo Puccini es protagonizada por Birgit Nilsson y Montserrat Caballé en una función antológica del Colón, rescatada y restaurada por su nuevo sello discográfico. Por Ernesto Castagnino
 

Turandot 1965, un testimonio para nostálgicos
Nº 0 de la serie "Memoria Sonora del Teatro Colón" 2006
2 CD Sello discográfico del Teatro Colón

 

Birgit Nilsson y Dimiter Usunov en el segundo acto
de Turandot, Teatro Colón, 1965

TURANDOT, ópera de Giacomo Puccini. Dirección musical: Fernando Previtali. Elenco: Birgit Nilsson (Turandot), Dimiter Usunov (Calaf), Montserrat Caballé (Liù), Victor de Narké (Timur), Italo Pasini (El Emperador), Ricardo Catena (Ping), Nino Falzetti  (Pang), Virgilio Tavini (Pong), José Crea (Un Mandarín), Horacio Mastrango (El Príncipe de Persia), África de Retes, Aída Fileni, Tota de Igarzábal, Corrada Malfa, Sofía Schultz y María Ziegler (Doncellas). Orquesta y Coro Estables del Teatro Colón. Director de coro: Tulio Boni. Coro de Niños del Teatro Colón. Director del coro de niños: Valdo Sciammarella. Grabación del 11 de septiembre de 1965. Restauración digital: Pablo Abal y Gustavo Bruno. Director y productor artístico: Gustavo Anecchina.

Última ópera de Giacomo Puccini, basada en la obra Turandotte del dramaturgo veneciano Carlo Gozzi, presenta un lenguaje musical complejo que nos pone frente al más ambicioso trabajo de un compositor obsesionado por la dinámica y el efecto teatral. Reaparecen los habituales elementos dramáticos con los que Puccini intenta crear una experiencia emocional que avanza sobre el espectador y lo abruma: el elemento exótico, que ya había explotado en Madama Butterfly, lo heroico, lo sentimental y hasta lo cómico.

Esta obra es la síntesis de las preocupaciones que persiguieron a Puccini desde sus comienzos: crear atmósferas teatrales, delinear estados emocionales y psicológicos a través de la música, acelerar la acción empujando al límite la tensión dramática. La partitura rebosa de motivos orientales y elementos pentatónicos con los que traza la pintura de una China "a la italiana", priorizando el desarrollo de la acción que fluye sin pausa hasta la apoteosis final. En esta obra, Puccini profundiza al máximo el entramado de voces, masas corales y orquestales concertadas con resultados ciertamente espectaculares.

La grabación de la función que se ofreció el 11 de septiembre de 1965 en el Teatro Colón constituye el Nº 0 de la serie "Memoria Sonora del Teatro Colón" y fue lanzado en noviembre de 2006 con motivo de las representaciones de esta ópera en el Luna Park. El mérito de esta remasterización es contar con el testimonio de una época gloriosa del teatro en la que podían escucharse, en una noche, las voces de Nilsson y Caballé juntas.

Lamentablemente la toma de sonido es pobre y los esfuerzos de Pablo Abal y Gustavo Bruno, quienes trabajaron con equipos donados por el gobierno de Japón, apenas consiguen mejorar la anterior digitalización de 1995 (Ediciones Teatro Colón), balanceando a favor de las voces. Los concertantes de voces, orquesta y coro suenan empastados y pierden efectividad dramática (fundamentalmente en los tutti orquestales y en los frecuentes forte y fortísimo). Aun peor se oyen los instrumentos de percusión y ni hablar de las texturas orquestales que en esta obra son de una enorme riqueza.

Mucho se ha dicho sobre la Turandot de la recientemente desaparecida Birgit Nilsson, baste decir que fue la indiscutida intérprete de este rol durante la década del sesenta, aunque alcanzó su fama como soprano wagneriana. Si bien sus interpretaciones en el repertorio italiano muestran algo de rigidez y distancia, sus condiciones vocales y dramáticas convienen, en este caso, a la personificación de la gélida principessa: titánico caudal de voz, hermoso y metálico timbre, agudos acerados que sobrepasan a las trompetas que acompañan su entrada.

Capítulo aparte merece el debut en el Teatro Colón de Montserrat Caballé, en un rol que le va como anillo al dedo, aunque en la década siguiente se atreviera -con resultados más que discutibles- a personificar el rol de Turandot. La emisión clara y fluida, la naturalidad de su respiración, los famosos pianissimi que parecen no acabar nunca, son algunas de las virtudes de la soprano catalana que brilla en esta grabación por sobre las deficiencias sonoras. Como otros cantantes dotados naturalmente de una bella voz, Caballé parece en general ausente e indiferente al personaje y al texto, preocupada fundamentalmente por la emisión de un bello y refinado sonido. Afortunadamente, al momento de la grabación aun conservaba algo del calor y la expresividad que la pobre Liù merece.

Dimiter Usunov no está a la altura del heroico rol de Calaf, el príncipe extranjero que desafía a la hierática virgen. Su voz, de un timbre ingrato, suena ronca y con un molesto vibrato en el registro agudo, echándose en falta el legato y las líneas de largo aliento que el rol exige. El resto del elenco estuvo conformado por voces locales: Víctor de Narké, África de Retes, Ricardo Catena, Nino Falzetti y Virgilio Tavini, entre otros.

 

Victor de Narké, Montserrat Caballé y Dimiter Usunov
en el primer acto de Turandot, Teatro Colón 1965

Resulta interesante el hecho de que Fernando Previtali fuera alumno de Franco Alfano, encargado de componer el final de la inconclusa partitura (1), lo que presupone un conocimiento profundo de la obra. La incisiva dirección de Previtali, director principal del Teatro Colón de 1960 a 1967, se aferra al hilo dramático de la obra póstuma de Puccini, aunque se observan algunos desfasajes entre la orquesta y las voces (por ejemplo al comienzo de "In questa reggia").

La presentación es sencilla, con un breve comentario que rescata las reseñas de la época y algunas fotos de las funciones, aunque sería deseable que en los próximos títulos se incluyera el libretto bilingüe de cada obra, una de las raras ocasiones en que el público hispanohablante podría contar con su traducción al español. El Príncipe de Persia y su Verdugo hicieron que la presentación tuviera un par de errores: se los asigna a Ricardo Novich y al tenor Horacio Mastrango respectivamente, cuando debería ser al revés; y en el comentario se dice que esos personajes fueron danzados. Lástima que no contemos con una toma de video que nos permita, quizás por única vez, ver un pas de deux entre el principe y su verdugo...

En síntesis, las grabaciones históricas, testimonio nostálgico de voces gloriosas, son siempre recomendables al experto o al coleccionista pero plantean dificultades evidentes a quien quiera introducirse en una obra determinada. Es destacable el gran aporte que significa el emprendimiento del Teatro Colón al rescatar grabaciones de gran valor histórico, iniciando la serie con una función memorable de Turandot que muchos hubiéramos querido presenciar.

Ernesto Castagnino
Julio 2007

Fotografías gentileza Teatro Colón
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Nota
(1) Puccini dejó al morir, en 1924, la partitura inconclusa y Franco Alfano fue el encargado de finalizarla a partir de los esbozos del compositor. El estreno tuvo lugar el 25 de abril de 1926 en la Scala de Milán bajo la dirección de Arturo Toscanini. Cuando la obra llegó a la última nota escrita por Puccini (justo antes del duo final), el director dejó la batuta y volviéndose al público dijo: "Aquí concluye la ópera, porque en este punto murió el maestro" y dio por terminada la representación sin la parte final de Alfano que fue interpretada al día siguiente.
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Publicado el 10/07/2007
     
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