El elenco de solistas, la Orquesta de la Era de la Ilustración y el Coro Opera Rara en una de las sesiones de grabación de Les Martyrs en la Iglesia de St Clement de Londres
LES MARTYRS, ópera en cuatro actos de Gaetano Donizetti. Dirección musical: Mark Elder. Reparto: Joyce El-Khoury (Pauline), Michael Spyres (Polyeucte), David Kempster (Sévère), Brindley Sherratt (Félix), Clive Bayley (Callisthènes), Wynne Evans (Néarque), Simon Preece (un cristiano), Rosalind Waters (una mujer). Coro Opera Rara, director: Stephen Harris. Orquesta de la Era de la Ilustración. Grabación en estudio, octubre y noviembre de 2014. 3 discos (188 minutos) + libreto bilingüe (148 páginas). Opera Rara 2015 (ORC 52)
El fenómeno de las adaptaciones es un área fascinante de la historia de la música. En ópera, su expresión más elocuente es el trabajo que debía realizarse sobre una obra ya completa a efectos de representarla en un escenario con otra cultura musical. El caso de París es quizá el más importante debido al contraste entre sus estándares musicales y los extranjeros. Un compositor como Rossini, a efectos de instalarse en la capital francesa, hubo de transformar varias de sus obras italianas para adecuarlas al estándar de la grand opéra, un tipo de espectáculo musical solo posible de montar bajo las condiciones económicas de la Ópera de París. El trabajo de adaptación incluía no solo la traducción del libreto (con todos sus problemas de versificación), sino también la revisión de la partitura para una orquesta mejor dotada, la agregación de números musicales exigidos por la tradición (el ballet) y la revisión de números musicales ya existentes (por ejemplo, para el mejor empleo de un cantante de calidad). En muchos casos la revisión llegaba a cambiar sustantivamente la trama. Sumando todos estos factores, cuesta hablar de meras adaptaciones: lo que ocurría era más bien el nacimiento de una nueva ópera.
La historia que une (o separa) a Poliuto de Les martyrs (Los mártires), su hermana francesa, es trágica. Gaetano Donizetti (1797-1848) diseñó Poliuto como un medio de expresión para el gran tenor francés Alphonse Nourrit. Habiendo estrenado todos los roles de tenor en las adaptaciones francesas de Rossini, junto con los estrenos de La muda de Pórtici de Auber, Roberto el diablo y Los hugonotes de Meyerbeer, y La judía de Halévy, Nourrit era prácticamente una institución de la ópera. Junto a su talento musical, también era un hombre culto e inteligente, en absoluto un testa di tenore. A fines de la década de 1830 Nourrit estaba inseguro de su voz. Decidió viajar a Italia para reconstruir su técnica, proceso que incluía la composición de una ópera por parte de Donizetti para el otoño de 1838. El propio cantante intervino activamente en la empresa (se refería a ella como |