ESCALANDRUM, JAZZ ARGENTINO Thelonious Club, Salguero 1884 1º piso, Ciudad de Bs. As. Jueves 3 de noviembre de 2005, 22.00
ESCALANDRUM, jazz argentino. Integrantes: Daniel "Pipi" Piazzolla, batería. Nicolás Guerschberg, piano y composición. Mariano Sívori, contrabajo y composición. Damián Fogiel, saxo tenor y composición. Gustavo Musso, saxos soprano y alto. Martín Pantyrer, clarinete bajo y saxo barítono.
El sexteto de jazz ESCALANDRUM se presentó en Thelonious Club los días 3, 4, 5 y 6 de noviembre pasados. La agrupación -formada en 1999 y con tres discos editados hasta a fecha- exhibió en esta oportunidad el nuevo material que integrará su cuarto disco, el cual comenzará a grabar en enero de 2006.
Nueve fueron los temas escuchados durante el concierto del jueves 3 de noviembre. El inicio fue con Misterioso de Nicolás Guerschberg; continuó con La bagualera de Damián Fogiel; dos temas más de Guerschberg: La repetida y Fato groso; y, finalizando la primera parte, Chopchi de Mariano Sívori. Luego del intervalo se escuchó El cruce de Damián Fogiel; y a continuación tres obras de Guerschberg: El momo, Antes de la lluvia y Chacarerosa.
Este nuevo material revela un ESCALANDRUM maduro, consolidado en su estilo. Entre Bar los Amigos -primer disco del grupo- y Sexteto en Movimiento -tercer y último disco- ESCALANDRUM ha transitado desde un formato eléctrico y un estilo emparentado con el latin jazz, hasta el asentamiento en un formato acústico y la definición de un estilo propio inscripto en múltiples lenguajes. De esta manera, la música del sexteto se mueve combinando ritmos, melodías y armonías folklóricas, elementos musicales rioplatenses emparentados con el tango y texturas y desarrollos afines a la música de las vanguardias académicas de principios del siglo XX (impresionismo y atonalismo). Todo esto sin perder la esencia improvisatoria del jazz.
Así, en las nuevas obras escuchadas durante la última presentación de ESCALANDRUM, ese estilo particular ya asentado toma vigor y se vuelve contundente tanto desde lo compositivo como desde lo interpretativo. En cada uno de los temas se pueden escuchar pasajes que van del solo al tutti y viceversa, transitando también por combinaciones de dúos, tríos o cuartetos dentro del mismo grupo. Si bien este recurso no es nuevo en ESCALANDRUM, lo que se destaca es la madurez con que todo ello conforma una particular estructura de las obras, caracterizada por el recorrido de variados e interesantes climas sonoros en los que, a su vez, se evidencia la exploración y el aprovechamiento de las posibilidades tímbricas de los instrumentos.
Es de destacar también el desempeño de todos los músicos en sus solos. Gustavo Musso es quien más se luce, pues tiene a su cargo extensos pasajes solistas en casi todos los temas, los cuales resuelve de manera íntegra y con admirable virtuosismo. Asimismo, la fila completa de vientos sobresale con un sonido limpio y afinado a la hora de tocar en unísono. Otro destacado es Mariano Sívori, quien en Chopchi -tema compuesto por él- se reserva un espacio para solo de contrabajo que aprovecha al extremo, haciendo un impecable uso del instrumento y mostrando sus bondades tanto en el registro grave como en el agudo. Por último, la inclusión del clarinete bajo como característica distintiva de ESCALANDRUM, se subrayó en el tema El momo, en donde el instrumento ocupa un lugar de protagonismo y Pantyrer logra una expresiva interpretación.
En conclusión, ESCALANDRUM es uno de los grupos -o quizás el único- que pervive como tal dentro de la escena del jazz local. A lo largo de varios años de trabajo arduo y constante, este sexteto ha sabido consolidarse musicalmente, erigiéndose en la actualidad como uno de los grupos de jazz más importantes y productivos que, de manera pujante, ha logrado un estilo particular y compacto, el cual se ve cristalizado en los temas escuchados en este oportunidad.
Paola Rompato |