El elenco y los músicos de Bromas y lamentos, bar de Hasta Trilce, 2013

BROMAS Y LAMENTOS, un espectáculo con otras canciones de amor. Música de Claudio Monteverdi, Francesco Cavalli, Tarquino Merula y Angelo Branduardi. Función del viernes 12 de julio de 2013 en el bar de Hasta Trilce, presentada por Teatro Musical Contemporáneo. Idea y dirección escénica: Marcelo Lombardero. Dirección musical: Jorge Lavista. Ambientación escénica: Noelia González Svoboda. Iluminación: Horacio Efrón. Elenco: Oriana Favaro, Cecilia Pastawski, Santiago Burgi, Pablo Travaglino y Mariano Fernández Bustinza. Ensamble de cámara: Joelle Perdaens, violín; Eugenia Montalto, flautas; Pablo Angiletta, viola da gamba; Miguel de Olaso, archilaúd y guitarra barroca.

¿Tienen algo en común los madrigales de fines del renacimiento y comienzos del barroco con el ambiente y el espíritu del café concert? El director escénico Marcelo Lombardero se ha formulado esta pregunta y su intento de responderla es un espectáculo efectivo y honesto llamado Bromas y lamentos en referencia a las denominaciones poéticas que se daban a las piezas musicales de aquellos períodos: Scherzi, Lamenti, Concerti spirituali, Canzoni da suonare, entre otros. El hecho de llevar a un espacio como el de un café concert, en el que los cinco cantantes solistas van desplazándose entre las mesas, resulta ya en sí mismo un hallazgo de Lombardero, un director escénico acostumbrado a correr siempre los límites de lo esperable y a sacar al espectador de la zona de confort.

El grupo de madrigales seleccionado conforma una secuencia dramática que se desarrolla con fluidez mientras los cantantes se desplazan entre las mesas, ensamblando sus voces con gran sentido del estilo y desplegando la diversidad de affetti que Claudio Monteverdi y sus contemporáneos expresaban con profundo sentido de la proporción y contenida sensualidad. Encuentros, desencuentros, desdén, celos y exaltación amorosa son algunos de esos affetti musicali que los cinco cantantes, bajo la guía musical de Jorge Lavista, transmiten a lo largo de ochenta minutos de pura magia barroca.

Oriana Favaro en Bromas y lamentos, bar de Hasta Trilce, 2013

Los madrigales, pensados inicialmente como piezas de entretenimiento cortesano para disfrute de una élite, plantearon desde el comienzo el nudo del problema: ¿es música puesta a textos poéticos o son versos creados para la música? ¿prima la musica o prima le parole? Lombardero, consciente de que el sentido de las palabras es esencial aquí, ha puesto especial cuidado a este aspecto, trabajando con los solistas la dicción y expresividad del texto, además de incorporar un elemento multimedial