Richard Crawley (Lohengrin) y Ann Petersen (Elsa de Brabante), junto al Coro Estable, en el primer acto de Lohengrin, Teatro Colón, 2011
LOHENGRIN, ópera romántica en tres actos con libreto y música de Richard Wagner. Función del viernes 23 de septiembre de 2011 en el Teatro Colón. Dirección musical: Ira Levin. Director de escena, escenografía e iluminación: Roberto Oswald. Colaborador del escenógrafo: Christian Prego. Vestuario: Aníbal Lapiz. Reparto: Richard Crawley (Lohengrin), Ann Petersen (Elsa de Brabante), Kurt Rydl (Rey Enrique I), James Johnson (Friedrich de Telramund), Janina Baechle (Ortrud), Gustavo Feulien (Heraldo del Rey), Mathias Schulz, Carlos Ullán, Sebastián De Filippi y Marcelo Boluña (Nobles de Brabante). Orquesta Estable, Coro Estable y Coro de Niños del Teatro Colón. Director de coro: Peter Burian. Director del coro de niños: César Bustamante.
El paralelismo entre algunos aspectos de Lohengrin y El holandés errante es casi obligado. Ambas historias se desarrollan a partir de la figura de un hombre que porta un enigma y de una mujer que anticipa en una visión su llegada. Enorme fuerza dramática posee el hecho de que ambas, Senta y Elsa, estén dispuestas a dar todo por un hombre al que ni siquiera conocen, aunque en el caso de Elsa la duda y la curiosidad son las que desencadenan el trágico final. Es que, a diferencia de Senta que se inmola sin dudarlo un segundo como si una fuerza ajena a ella la impulsara, en la historia de Lohengrin lo primero que hace el caballero desconocido es pedirle a Elsa que jamás le pregunte su nombre y su origen. Y, por supuesto, no hay nada más tentador que alguien señale algo prohibido para que adquiera la dimensión de lo irresistible y, curiosity killed the cat, las cosas no terminan nada bien.
Aunque muchos ven en esta ópera el final de la ópera romántica alemana inaugurada por Weber, lo que es indudable es que significó la despedida de Richard Wagner al mundo de la ópera tal como se la conocía hasta ese momento, ya que luego de ella no compuso óperas sino |