2. Bajo el estigma de la "degeneración"

Der König Kandaules, acto 2, Teatro Colón 2005, fotografía de Miguel Micciche
El año 1938 fue decisivo en la vida de Alexander von Zemlinsky: a sus 67 años, acosado por el nazismo, decide dejar su Viena natal, para encontrar en Nueva York su destino final junto a su familia. En ese lugar tendrá esperanzas de recobrar su carrera anteriormente rutilante como compositor y director de orquesta, pero el shock producido por ese régimen totalitario y absurdo será mayor: su creatividad se ve coartada y no puede seguir creciendo como artista. Luego de padecer neumonía, muere de un ataque al corazón el 15 de marzo de 1942, en su casa de Larchmont, en las afueras de Nueva York. Su obituario aparece publicado en el New York Times, mientras que en Europa su fallecimiento pasó virtualmente inadvertido.
Las razones de esa ausencia, que se extenderá hasta la década del setenta, se podrán encontrar por el estigma acuñado desde la década de 1920 por el nazismo para condenar a la cultura moderna que, según Hitler, manifestaba síntomas de declive nacional. Así, la música atonal, el jazz y toda obra de compositor judío fueron tildadas de "degeneradas", abarcando con este calificativo a una amplia variedad de estilos, desde la vanguardia musical, con el atonalismo libre de Schoenberg a la cabeza, hasta la opereta popular, mucho más si el compositor era considerado política o racialmente inaceptable para el régimen.
Es también en 1938 cuando en la ciudad de Dusseldorf el nazismo organiza la exposición Entartete Musik (Música Degenerada), en coincidencia con el primer Reichsmusiktage (Jornadas Musicales Nacionales). En esa exposición estaban los retratos de los compositores "degenerados" como Arnold Shoenberg, Anton Webern, Paul Hindemith, Igor Stravinsky, Kurt Weill y, por supuesto, Alexander von Zemlinsky. Debajo de ellos había slogans atacando el carácter y origen racial de cada uno. También había obras teóricas y artículos, periódicos de música moderna como Melos y Anbruch, y libros sobre jazz. El ideólogo de esta muestra fue Hans Severus Ziegler, director del Teatro Nacional de Weimar, quien escribió un panfleto titulado Entartete Musik - Eine Abrechnung von Staatsrat en el que describía al evento como una "verdadera aquelarre en la cual se muestra los más frívolos conceptos intelectuales y artísticos del bolchevismo cultural".
Alejado de toda vanguardia musical, Alexander von Zemlinsky cultivó un estilo propio del post-romanticismo, con un lenguaje orquestal opulento y un sentido de la melodía que lo equiparan a su contemporáneo Gustav Mahler (1860-1911). Como director de orquesta fue un gran difusor de la creadores nóveles y de sus propios contemporáneos. En 1904 funda con el apoyo de Mahler y Schoenberg el "Vereinigung Schaffender Tonküstler" para promover la nueva música en Viena. Allí dirige las primeras audiciones de Salome de Richard Strauss en la Volksoper (1906), Ariane et Barbe-bleue de Paul Dukas en la Hofoper (1908) y en Berlín Aufstieg und Fall der Stadt Mahagonny (Ascenso y caída de la ciudad de Mahagonny) de Kurt Weill (1931). Cuando es nombrado Director Invitado de la Orquesta Filarmónica Checa en 1923 impone la interpretación de obras de Mahler, forjando así una verdadera tradición. También en esa ciudad estrena trabajos de Paul Hindemith, Ernest Krenek, Igor Stravinsky, Weill y compositores checos, como Bedrich Smetana, Leos Janacek, Josef Suk y Edwin Schulhoff. En 1924 tiene a su cargo el estreno mundial de Erwartung de Schoenberg en el Deutche Landstheater de Praga como parte del Festival organizado por la Sociedad Internacional de Nueva Música.

El silencio en el que durmió su obra está relacionado directamente con ese estigma que el nazismo le puso en la década de 1930: "degenerado" por su origen y por difundir la nueva música. Es en la década de 1970 cuando fueron grabadas e interpretadas sus obras centrales y ante la aparición de la primera biografía en alemán realizada por Horst Weber. La labor de los directores Gerd Albrecht, James Conlon y Riccardo Chailly, entre otros, es destacable porque acercan al público distintas versiones de la obra de Zemlinsky. Este renacimiento del compositor tiene su punto máximo en octubre de 1996 cuando finalmente se estrena su última ópera inconclusa Der König Kandaules en Hamburgo.
Todo esto se da en el contexto iniciado cincuenta años después de la Entartete Musik en Dusseldorf, cuando en 1988 el musicólogo Albrecht Dümling y el empresario Peter Girth reconstruyen esa exposición. La muestra, que se trasladó a varios países, permitió la reivindicación de esos músicos proscriptos por el nazismo y así su contacto con las nuevas generaciones. También es importante el lanzamiento a fines de la década de 1980 de la serie Entartete Musik del sello discográfico Decca, en el cual los "sonidos prohibidos" se hicieron escuchar finalmente.
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