Escena del primer acto de Norma, Teatro Colón, 2018
NORMA, ópera en dos actos de Vincenzo Bellini. Función del viernes 7 de diciembre de 2018 en el Teatro Colón. Dirección musical: Renato Palumbo. Dirección escénica: Mario Pontiggia. Escenografía: Enrique Dartiguepeyrou y Claudia Bottazzini. Vestuario: Aníbal Lápiz. Iluminación: Rubén Conde. Elenco: Anna Pirozzi (Norma), Héctor Sandoval (Pollione), Annalisa Stroppa (Adalgisa), Fernando Radó (Oroveso), Guadalupe Barrientos (Clotilde), Santiago Bürgi (Flavio), Augusto Barbieri y Tobías Britez Rutkauskas (hijos de Norma y Pollione). Orquesta y Coro Estables del Teatro Colón. Director de coro: Miguel Martínez.
La razón por la cual determinadas óperas tienen un lugar privilegiado y siempre vigente en el repertorio es, generalmente, la confluencia de los méritos musicales y teatrales en la obra. Sin ser una obra revolucionaria, Norma, la ópera creada dramáticamente por Felice Romani y musicalmente por Vincenzo Bellini, representa un paso adelante en la evolución del melodrama italiano. En contraste con las frágiles heroínas románticas del primer ottocento, muertas por un amor contrariado, sumergidas en la locura y con poca capacidad para tomar decisión alguna sobre su destino, el personaje de Norma se revela como el de una mujer fuerte y también contradictoria: ella es sacerdotisa e interviene en las decisiones políticas, aunque también es, en secreto, amante del enemigo de su pueblo y madre de dos hijos.
El drama comienza en el momento en el que su amante, Pollione, la ha abandonado y Norma espera que regrese a sus brazos. Pronto descubrirá que el motivo del abandono es el interés del romano por una sacerdotisa más joven y la furia de Norma se desatará sobre todos: incluso sobre sus propios hijos, a quienes ama y odia a la vez. A punto de matarlos, se arrepiente y dirige su odio contra Pollione, que ha sido apresado mientras intentaba raptar a la joven sacerdotisa. Incapaz de castigar a la joven por el mismo delito que ella ha cometido, tampoco tiene fuerzas para condenar a su amante, por lo que se devela su crimen y se inmola junto al amado en la hoguera. Lo atípico de esta heroína es que nunca la veremos disfrutando apaciblemente del amor conyugal ni filial. Al comienzo, la encontraremos autoritaria con su pueblo, nostálgica por el amor perdido luego, furiosa de celos por la infidelidad después y, finalmente, arrepentida por sus transgresiones y dispuesta al sacrificio.
La visión escénica de Mario Pontiggia tuvo el merito de exponer, sin sobrelaboraciones, todo el arco emotivo por el que atraviesa el personaje central. El planteo escenográfico ideado por Enrique Dartiguepeyrou y Claudia Bottazzini, con sus telones pintados en estilo naif, resultó un verdadero viaje al pasado, en tanto el vestuario de Aníbal Lápiz fue pródigo en vaporosas túnicas y velos traslúcidos.
Anna Pirozzi (Norma) y Annalisa Stroppa (Adalgisa) en el segundo acto de Norma, Teatro Colón, 2018
El verdadero atractivo de esta producción recayó en el aspecto musical, con la refinada batuta de Renato Palumbo |