Jaquelina Livieri (Musetta) en el centro de la escena del segundo acto de La bohème, Teatro Colón, 2018
LA BOHÈME, ópera en cuatro actos de Giacomo Puccini. Nueva presentación escénica en coproducción con la Ópera de Tenerife. Funciones del sábado 13* y domingo 14 de octubre de 2018 en el Teatro Colón. Dirección musical: Joseph Colaneri. Dirección escénica: Stefano Trespidi. Escenografía e iluminación: Enrique Bordolini. Vestuario: Imme Möller. Elenco: Mariana Ortíz / Marina Silva* (Mimì), Atalla Ayan / Gustavo López Manzitti* (Rodolfo), Jaquelina Livieri / Paula Almerares* (Musetta), Fabián Veloz / Vinicius Atique* (Marcelo), Carlos Esquivel / Leonardo Fontana* (Colline), Fernando Grassi / Cristian Maldonado* (Schaunard), Luis Gaeta / Gustavo Gibert* (Benoît), Víctor Castells / Enzo Romano*(Alcindoro), Sergio Spina (Parpignol), Luis Loaiza Isler (Sargento), Leandro Sosa (Aduanero). Orquesta y Coro Estables del Teatro Colón. Director del coro: Miguel Martínez. Coro de Niños del Teatro Colón, director: César Bustamante.
La idea de la muerte como liberación o redención es, en Occidente, un legado del romanticismo y sus postrimerías. Postrimerías que, en el terreno musical, se estiraron hasta los comienzos del siglo XX. Que el héroe y/o la heroína mueran al final de la historia es algo que al lector o espectador no solamente no toma de sorpresa, sino que incluso, espera. El escritor Henri Murger (1822-1861) perteneció a esa generación de intelectuales y artistas para los que el arte era un credo, la melancolía un motor de la creación, la pobreza un modo de vida y la muerte un deseo. En su relato Escenas de la vida bohemia, en el que está basada la cuarta ópera de Giacomo Puccini, el escritor narró las vicisitudes de un grupo de artistas parisinos, transformando a sus personajes en portavoces de sus propios ideales. Su novela es, en definitiva, un manifiesto del artista romántico.
Puccini y sus libretistas Luigi Illica y Giuseppe Giacosa, extrajeron de la novela y la pieza teatral homónima algunos episodios y los transformaron en una de las óperas más apreciadas y representadas de la historia del género. ¿Alguien podría creer que su protagonista, tímida y virtuosa bordadora, sea otra cosa que la expresión de la bondad y la ternura? Curiosamente, o quizás no, el personaje menos fiel a la narración de Murger es el de Mimì quien, en la historia original, era, al igual que Musetta, una cocotte. Alejándola de la original, tal vez el músico quería evitar una trama peligrosamente parecida a la de su ópera anterior, Manon Lescaut, cuya protagonista era una cortesana. Al convertirla en un modelo de virtudes, tal vez quería evitar que su muerte pudiera ser leída, en el sentido clásico del romanticismo, como expiación o redención. Puccini pretendía que la muerte de su criatura resultara, para el espectador, algo verdaderamente injusto. Porque de Violetta Valery o Manon, cualquiera que se considere moralmente superior, podría decir |