Escena inicial del primer acto de Lulú, Municipal de Santiago de Chile, 2018
LULÚ, ópera en tres actos de Alban Berg. Función del miércoles 22 de agosto de 2018 en el Municipal de Santiago, Ópera Nacional de Chile. Dirección musical: Pedro-Pablo Prudencio. Dirección escénica: Mariame Clément. Escenografía y vestuario: Julia Hansen. Iluminación: Ricardo Castro. Supervisor de movimientos coreográficos: Mathieu Guilhaumon. Reparto: Lauren Snouffer (Lulú), Michaela Selinger (Condesa Geschwitz), Rebecca Jo Loeb (Camarinera / Estudiante / Criado), Benjamin Bruns (Alwa), Robin Yujoong Kim (El pintor / Negro), Gonzalo Araya (Príncipe / Camarero / Marqués), Stefan Heidemann (Dr. Schön / Jack el destripador), Hernán Iturralde (Domador de animales / Atleta), Jens Larsen (Schigolch). Orquesta Filarmónica de Santiago.
¿Es importante montar Lulú? Sin duda es, a estas alturas, uno de los títulos imprescindibles del siglo XX. También hoy, en medio de movimientos como el #metoo y los debates parlamentarios acerca del control que la mujer tiene sobre su propio cuerpo, sus temas resultan extraordinariamente actuales. Pero hay además un segundo grupo de razones para hacerlo: cuestionar la forma en que la mujer ha aparecido en la ópera, a saber como diva y productora de un bello sonido, al mismo tiempo que su muerte se manifiesta como el desenlace inevitable de la trama. Queremos oír a las mujeres, pero al mismo tiempo queremos callarlas.
La ópera de Alban Berg tiene una historia operática en sí misma. Berg conoció tempranamente las dos obras de Frank Wedekind que habrían de inspirarle: El espíritu de la tierra y La caja de Pandora forman un díptico de cuatro y tres actos respectivamente, dos mitades de una gran pieza que Berg luego unificaría como ópera. Ya en 1907 el músico vienés reaccionó con entusiasmo al mundo de Wedekind, al mismo tiempo que reconoció el carácter polémico de las piezas: |