La soprano Florencia Fabris, de 38 años, murió el domingo 1° de septiembre pasado en la ciudad de Mendoza tras sufrir un aneurisma cerebral, poco después de terminar una función en la que cantaba la parte solista de su cuerda en la Misa de réquiem de Giuseppe Verdi, en un concierto realizado en el Auditorio Juan Victoria de San Juan. Por las informaciones recabadas, la artista, pese a su malestar, terminó la función para luego ser inmediatamente atendida e internada.
Con la asociación Buenos Aires Lírica, abordó los protagónicos de Madama Butterfly y Belisario (2010), Suor Angelica e I pagliacci (2011), Norma (2012) y la reciente Lucrezia Borgia (2013), en tanto en el Teatro Argentino de La Plata fue Leonora de Il trovatore y Abigaíl de Nabucco (2009), Samaritana en Francesca da Rimini (2010), volvió a protagonizar Madama Butterfly y fue la Elizabeth de la versión francesa de Don Carlos (2011). En el Teatro Colón, formó parte del Coro de Niños hasta que cambió la voz a los trece años, luego en 2007 integró el Coro Estable y en estas últimas temporadas participó en un concierto Richard Wagner dirigido por Julien Salemkour, como una de las ondinas de El oro del Rin (2012), y este año fue uno de los espíritus de La mujer sin sombra y cover de Desdémona en Otello.
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A fin de marzo del año pasado, conocí a Florencia Fabris cuando la entrevisté para la revista Cantabile, antes de su presentación en Norma de Vincenzo Bellini en el Teatro Avenida. Venía de un ensayo de la Misa de réquiem de Giuseppe Verdi, aunque era cover de la soprano titular en las funciones que se realizaron en el Teatro Argentino de La Plata a principios de ese abril. Las cosas de la vida hicieron que esa obra fuera la última que cantó en su brillante carrera. En esa charla que duró alrededor de una hora, compartió sus puntos de vista sobre su voz, sus proyectos y la conciliación de la carrera del cantante con su vida personal. Aquí reproduzco algunas de sus ideas surgidas de esa entrevista.
Florencia Fabris en Madama Butterfly, junto a Enrique Folger, Buenos Aires Lírica, Teatro Avenida, 2010 / Fotografía de Liliana Morsia
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