El viernes 4 de mayo pasado se realizó el estreno mundial de El viaje de Simorgh, ópera encargada por el Teatro Real de Madrid a José María Sánchez-Verdú (1968), compositor español residente en Berlín y que lleva una destacada carrera europea. El texto en el que se basa es una libre adaptación de la novela de Juan Goytisolo Las virtudes del pájaro solitario, con poemas y textos de San Juan de la Cruz, Ibn al Farid, Fariduddin al-Attar, El cantar de los cantares (en la traducción de Fray Luis de León) y de Leonardo Da Vinci.
En palabras de Sánchez-Verdú, "la obra traza un desplazamiento, un éxodo, una búsqueda en la que los lugares, tiempos y personajes de la novela de Juan Goytisolo constituyen las etapas o jardines que trazan las aves del relato sufí de Attar en el camino hacia Simorgh, esa ave mística, ese rey buscado. En la unión mística final la plenitud produce la revelación: cada una de las aves ha llevado el Simorgh en sí misma, el viaje ha sido un viaje interior, en plena comunión con el sufismo. En el camino está la poesía de San Juan de la Cruz, el gran poeta sufí del occidente cristiano, que convive con las voces poéticas de otros grandes poetas de las tradiciones persa y árabe".
La dirección de escena y escenografía estuvieron a cargo de uno de los más destacados artistas plásticos españoles, Frederic Amat, y el director musical del Teatro Real, Jesús López Cobos, tuvo a su cargo las nueve funciones que se realizaron hasta el 17 de mayo. Intervino un importante elenco encabezado por el barítono alemán Dietrich Henschel, la soprano Ofelia Sala, el contratenor Carlos Mena, el tenor José Manuel Zapata y el actor José Luis Gómez.
Sobre esta nueva obra Jorge de Persia, de La Vanguardia de Barcelona, sintetizó: "La obra está planteada en clave poética más que dramática, con dos actos y 14 escenas, cada una de ellas con ingredientes de tensión y dramatismo. En este sentido es fundamental el tratamiento visual, con acertados contrastes y buen trabajo de iluminación y color, una aportación fundamental del pintor Frederic Amat, que muestra una sensibilidad teatral con mayúsculas".
Sobre la música, este mismo crítico expresó: "En términos musicales, la partitura insiste en las características de la originalidad del lenguaje de Verdú: las zonas marginales de los instrumentos clásicos, los armónicos, las densidades tenues y eficaces, los sonidos que surgen del aire sin vibración (salvo el zumbador). La voz de los pájaros, en migración algo mesiánica, con bellos movimientos en la penumbra guiados por el violín amplificado de Ara Malikian, apenas parece reflejarse en la partitura". J. A. Vela del Campo de El País: "La partitura que ha compuesto José María Sánchez-Verdú para El viaje de Simorgh es, sencillamente, asombrosa. Su conocimiento de la historia de la música lo ha llevado a plantear su ópera como un diálogo de sonoridades de diferentes épocas y culturas. Conviven el canto sufí con la música electrónica en vivo".
El crítico y también compositor Tomás Marco, para el períodico El Mundo, puso en el tapete la discusión del género operístico en el siglo XXI: "José María Sánchez-Verdú es un compositor que maneja muy bien los nuevos recursos instrumentales y aquí nos presenta un espectáculo más de buen teatro musical experimental que de ópera propiamente dicha".
El día del estreno hubo opiniones divididas entre el público y así lo reflejaron los distintos medios periodísticos: "El público siguió la ópera con atención y respeto, y al final la previsible división de opiniones fue 'civilizada', sin llegar sangre al río. Unos se quedaron fuera de lo que se estaba contando y para otros fue un descubrimiento. En fin, la vida misma" (El País); "Me parecieron fuera de lugar las violentas protestas del final que luego se tornaron en cálidos aplausos. Lo peor que puede ocurrir en un estreno es la indiferencia y de eso no hubo prácticamente nada" (El Mundo).
Más info: www.teatro-real.com / www.sanchez-verdu.com
Fotografías de Javier del Real / Teatro Real de Madrid
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