Ilseyar Khayrullova (Olga), Margarita Gritskova (Masha) y Aida Garifullina (Irina) en Tres hermanas, producción de Yuval Sharon, Wiener Staatsoper, 2016 / Foto de Michael Pöhn
Cuando el 13 de marzo Tres hermanas de Péter Eötvös suba a escena al Teatro Colón, se cumplirán precisamente veinte años de su estreno en la Ópera de Lyon, coincidencia fortuita dado que la producción estaba prevista para octubre pasado. Esta ópera, considerada por algunos estudiosos como la última más importante del siglo XX, recorrió con rapidez diferentes escenarios europeos, siempre con buenas impresiones por parte del público y la crítica, como también llegó al mercado discográfico al año y medio de su estreno, gracias a la edición que el tradicional sello Deutsche Grammophon realizó dentro de su serie 20/21, dedicada a la música de nuestro tiempo.
El hecho que su interpretación haya sido en reiteradas veces se debe, probablemente, a ser una de esas óperas que aparecieron desde la década de 1990 donde la voz vuelve a ser el centro de interés en el género, combinado con una fuerte concepción dramatúrgica. No es raro que en esos años se hayan producido otras óperas que también tuvieron una vida duradera como Powder Her Face (1995) de Thomas Adès |