Jean-Philippe Rameau, retrato atribuido a Jacques Aved, c. 1728
La primera ópera de Jean-Philippe Rameau, Hippolyte et Aricie (1733), se estrenó recién cuando ya había cumplido cincuenta años y contaba de cierto renombre como teórico musical, principalmente por su Tratado de armonía (1722). La combinación de dramatismo y fantasía en esa obra iniciática muestran su madurez musical y teatral, prosiguiendo con la tradición de la tragédie lyrique, impuesta por su antecesor Jean-Baptiste Lully.
Dándose cuenta de esa herencia, en el prefacio a su ópera-ballet Les Indes galantes (1735), Rameau escribiría: |