GYÖRGY LIGETI (28.05.1923-12.06.2006)
Un sonido solitario y suave suspendido en el aire. Otro sonido se le suma. Otro más y más... Un tejido de sonidos. Al fin, una masa de sonido fuerte impacta de manera brillante. Un bloque. Queda el piccolo y la tuba solos suspendidos nuevamente en el aire. Vuelven más sonidos que invaden esa quietud…
¿Es necesario poner en palabras lo que uno vivencia con la música? Es difícil describir la música sin caer en lo cursi, más si es música del siglo XX y mucho más si está escrita por György Ligeti.
Lontano, esa pieza para gran orquesta de 1967, fue lo primero que escuché en vivo de su música… y también lo último. Primero en el año 2000 por la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires dirigida por Gerardo Gandini, en ese ciclo tan ambicioso que era “Bienvenida al siglo XXI”. La última vez fue el lunes 5 de junio pasado por la Orquesta Filarmónica Checa con la batuta de Gerd Albrecht para Mozarteum Argentino.
Las casualidades de la vida hicieron que a la semana siguiente, el 12 de junio por la mañana en Viena, György Ligeti a sus 83 años dejara este mundo, luego de una severa enfermedad. Su funeral se realizará el próximo lunes 26 de junio en el Crematorium Simmering de Viena y por la tarde se ofrecerá un concierto a su memoria en la Mozartsaal del Viena Konzerthaus.
A partir de ahora, el silencio creativo de este gran compositor del siglo XX se hará notar en nuestro Tiempo de Música. Que estas líneas sirvan de homenaje y sean disparadoras para quienes no tuvieron – aún – el placer de oírlo.
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Nacido en 1923 en Transilvania, Rumania, hijo de padres húngaro-judíos, la compleja vida de György Ligeti transcurrió en uno de los siglos más convulsionados de la historia. En 1941 ingresó al conservatorio de Cluj, estudiando composición con Ferenc Farkas, y luego en Budapest junto a Pál Kadosa. En 1943 sus estudios son interrumpidos cuando lo detenen por ser judío y es puesto en un campo de concentración, en el cual mueren su padre y su hermano.
Luego de la guerra, continuó sus estudios con Farkas y Sándor Veress en la Academia Franz Liszt en Budapest. Durante un año realizó un trabajo de campo sobre la música folclórica rumana tras graduarse en 1949, pero volvió a la Academia Liszt como profesor de armonía, contrapunto y análisis formal.
Luego de la Revolución Húngara de 1956, se escapó por razones políticas y artísticas junto a su esposa a la ciudad de Viena. Su obra había sido limitada por la censura y la represión política, que restringía las nuevas ideas musicales y no permitía la presentación pública de música experimental. Las publicaciones de Ligeti hasta ese entonces incluyen solamente arreglos de canciones y música basada en el folclore rumano o húngaro. De esta época se puede escuchar el Concert Românesc (1951), para orquesta.
Una vez en Viena, decidió trasladarse a Colonia, Alemania, donde fue invitado a participar del Estudio de Música Electrónica de la Radio Alemana Occidental, uniéndose a la vanguardia encabezada por Karlheinz Stockhausen. Allí pudo expresar libremente sus ideas musicales y aprendió la técnica de la música electrónica junto a Gottfried Michael Koenig y el mismo Stockhausen. De estos años datan su composición electrónica Artikulation (1958) y la sinfónica Apparitions (1958/9).
Fue en octubre de 1961 con el estreno de Atmosphères, para orquesta, cuando Ligeti fue conocido mundialmente. En esta obra utiliza el sonido en texturas que cambian constantemente, disolviendo de esa manera los parámetros tradicionales de melodía, armonía y ritmo. Él lo explicaba así: “La ‘Micropolifonía’ es un tejido tan denso en el que las partes individuales se hacen inaudibles y solamente el resultado de las armonías entremezcladas son efectivas como forma”. Este planteo fue un verdadero punto de inflexión para la vanguardia musical, ofreciendo una alternativa al serialismo después de Anton Webern.
En otras obras de la década del sesenta, como Adventures (1962) y Nouvelles aventures (1962/5) experimentó con un lenguaje que no era tan polifónico y que estaba construido en el uso calidoscópico de sonidos, con articulaciones e inflexiones. En 1967 recibe el Premio Beethoven de Bonn por su Requiem (1963/5), obra que vuelve a la complejidad contrapuntística. También ocurre esto en Lux aeterna (1966), para 16 voces mixtas a capella, el Concierto para violoncello y orquesta (1966) y Lontano (1967).
En 1968 se estrena el film 2001: A space odyssey (2001: odisea del espacio) de Stanley Kubrik, que utiliza en su banda sonora, sin la autorización de su autor, Atmosphères, el Requiem, Adventures (con modificaciones) y Lux aeterna. Más allá de las acciones legales que emprendió y que le rindieron unos cinco mil dólares, la música de György Ligeti con esta película sobrepasa los límites del ámbito académico y es reconocido por gente que jamás se hubiera sentado a escucharla.
Diez años después, en 1978, estrena en Estocolmo su única ópera Le Grand Macabre, sobre una obra teatral de Michel de Ghelderode, historia surrealista que se desarrolla en Breughelland, un lugar mítico inspirado en las pinturas de Breughel y en el límite del Apocalipsis. La acción está dominada por Nekrotzar, que personifica a la Muerte, buscando el exterminio de la humanidad. En un tono de farsa y con mucho del teatro del absurdo, la música propone una nueva vuelta de tuerca a la problemática de los ‘70 con referencia al género de la ópera.
En la década del ochenta, comienza a trabajar con técnicas polirrítmicas complejas, influenciado por la polifonía del siglo XIV y la música étnica, dejando de lado así las estructuras estáticas anteriores. El Concierto para piano y orquesta (1985/88) y los tres libros de Estudios para piano (1985/88/94/95) son un ejemplo de esta etapa compositiva de Ligeti.
En 1997 realiza una nueva versión de Le Grand Macabre, para el Festival de Salzburgo, reemplazando las partes habladas del original y poniendo todo en música, logrando un impacto musical y escénico que algún día esperamos tener por este lado del mundo. Así la ausencia de György Ligeti podría llenarse nuevamente con esos sonidos vivos de sus obras en nuestro Tiempo de Música.
Luciano Marra de la Fuente
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Grabaciones Hay dos series dedicadas a la obra de György Ligeti que se complementan perfectamente. La primera editada, a mediados de los noventa por Sonny Classical, está integrada por ocho volúmenes que incluyen las obras para piano, música de cámara, obras a capella y la ópera Le Grand Macabre (versión 1997), entre otras. The Ligeti Project está compuesta por cinco discos editados hacia el año 2000 por la desaparecida Teldec Classics (absorbida actualmente por Warner Classics), que posee la música orquestal completa, Artikulation, el Concierto para piano y orquesta y el Requiem, entre otras.
Publicado originalmente el lunes 19 de junio de 2006. |